La Asociación de Amigos del Hogar Nazareth está conformada por personas unidas por el amor y el compromiso de sostener el Colegio Hogar Nazaret, un sitio en donde la pedagogía de la paz habilita un espacio seguro para personas con capacidades diferentes. Javier Aguirre, además de ser miembro del Consejo Directivo de la Asociación, es una de las personas que pueden dar testimonio de la labor transformadora que se vive en el hogar, a partir de la experiencia de su hermano, Fernando.
El Colegio Hogar Nazaret ha sido el sitio en el que Fernando ha construido su vida desde hace varias décadas. Para Javier, su hermano menor, ver su desenvolvimiento es motivo de gran satisfacción.
“Para mí, el valor que tiene el hogar Nazareth es que mi hermano no podría estar más feliz que ahí. Él en ese lugar tiene estructura, y a mí me da tranquilidad porque sé que está bien. Cuando paseamos con Fernando, hay un punto en el que él necesita regresar a ese ambiente, porque es perfecto para sus necesidades. Sus compañeros son sus hermanos, entre ellos se aman mucho. Es una comunidad”, expresa.
Visitar a Fernando es algo que Javier hace también en familia, con su esposa y sus hijos. Esto les ha permitido aprender y sensibilizarse en común, gracias a la convivencia con quienes viven en el hogar. Así lo cuenta Javier: “Es una sensibilización que esa convivencia ha logrado. Los ha hecho madurar mucho. De hecho, cuando vamos al hogar con mis hijos, ellos siempre salen con algo positivo. Todos. Todos aprendemos algo del hogar. Salimos muy agradecidos de todo lo que hacen ahí”.
Como miembro de la Asociación, los anhelos de este hermano son que el programa de becas sea próspero y cuente con la generosidad de más donantes. De esa forma, la labor del colegio podría llegar a más personas con necesidades diferentes. “Yo quisiera que más alumnos pudieran tener la misma oportunidad que tiene mi hermano, porque de verdad los transforma. Son felices, es que no hay palabras para decir lo bonito que es, sobre todo, verlo, presenciarlo. La alegría, el amor, todo lo que se vive ahí. Yo quisiera que más alumnos pudieran tener esa oportunidad, y para eso necesitamos más becas, para que esas oportunidades sean posibles para que más familias tengan esa experiencia que nosotros tenemos, y que ellos mismos tienen para crecer”, comparte.
Cuidar el trabajo que se hace en el Colegio Hogar Nazaret, para Javier, es cuidar también la construcción de “un mundo sin prejuicios”, en donde todas las personas sean bienvenidas. Para quienes busquen que este sitio siga floreciendo, él hace una invitación a conocer de cerca su labor.
“Invito a todas las personas que quieran ir a conocer este hogar a que experimenten todo lo que yo he experimentado. Ver y percibir la alegría de los alumnos y los maestros del hogar. Ver lo increíble que hacen ahí, actividades que a uno lo dejan impresionado. Yo siempre salgo impresionado de algo que me llamó la atención, algo bonito, algo interesante. Siempre aprende uno de ellos. Y también que vean la labor de los maestros, que es impresionante. Lo que ha hecho Carlos [director del colegio] y su equipo es increíble”, asegura.