¿Cuál es la escencia del colegio Hogar Nazaret?
Desde su fundación en 1981, el Colegio Hogar Nazaret ha construido una comunidad que permanece unida a través del tiempo. En la convivencia cotidiana que hay en el hogar es posible conocer de cerca su esencia, pues esta se basa en la presencia.
“La esencia del hogar realmente es acompañar a personas con capacidades diferentes, en un lugar en donde ellas se sientan bien, que sea como su casa, no una institución, sino realmente su hogar. Es tener esa capacidad de poder convivir con estas personas. O sea, no es enseñarles, sino aprender en común al convivir con ellas, ser una comunidad en sí”, explica Carlos Aceituno, director del colegio. Además, en ese espacio compartido hay tres elementos fundamentales que hacen posible el sentido de comunidad: el servicio, el compromiso y el amor.
En el hogar, cada persona es capaz de ofrecerse en acciones concretas a los demás. “El papel del servicio nos deja entrar en la mística de lo que es estar ante situaciones y grupos que son olvidados por la sociedad. Con nuestro enfoque, especializado en las personas con capacidades diferentes, el servicio consiste en darles la mano para que puedan integrarse en la sociedad”, afirma el director.
El servicio que se presta en el Colegio Hogar Nazaret hace posible visualizar el mundo de una forma diferente. Bajo esa visión, se revela la importancia profunda de la presencia en común, en la que el amor también está presente en todo momento.
Así lo cuenta Carlos Aceituno en sus palabras: “El amor está presente desde el momento en el que nos levantamos. O sea, cuando levantamos a cada persona lo hacemos con mucho cariño, los invitamos a que gocen el día. Siguiendo eso, es ir a compartir la mesa, no somos vigilantes que vamos a ver cómo los alumnos comen, sino compartimos la mesa, el pan que ellos mismos hacen. Es un amor muy vivencial, no de estar abrazando, sino el compartir, el sonreír, el acompañar situaciones difíciles de conducta, el aprender a cómo acoger las crisis, cosas concretas”.
Ese amor se sostiene cada día gracias al compromiso de quienes forman parte de esta comunidad. “El compromiso permite que haya permanencia. La importancia de la permanencia son las relaciones. Todos necesitamos relaciones a largo plazo. Sin ellas, las personas no se enlazan unas a otras. Al permanecer, por ejemplo, yo ya no veo a Pedro como mi alumno ni él a mí como director, sino que es Pedro y para él yo soy Carlos”, explica el director.
En el Colegio Hogar Nazaret trabajan personas comprometidas con la labor que realizan, y gracias a ello las relaciones pueden profundizarse y hacerse más íntimas, serviciales y amorosas. De esta manera, en conjunto, se hace vida la esencia del hogar.